Justo en el momento en el que algo tan ‘característico’ de la afición mexicana trata de erradicarse, como el famoso grito homofóbico, surgen aficionados que creen que ser parte de una masa que apoya a un equipo los hace invisibles y con derecho a hacer cosas que parecen ‘normales’ dentro del mismo volumen de gente en un inmueble deportivo.
En agosto de 2019, un aficionado irrumpió con groserías mientras se guardaba un minuto de silencio en memoria de las víctimas asesinadas en un supermercado en el Paso, Texas, previo al partido de Copa MX entre Mineros y Querétaro.
Ahora la nota la dio un seguidor de Tigres, quien tras el encuentro de Tigres Femenil contra el equipo estadounidense Houston Dash el sábado 5 de octubre, aprovechó el momento de una selfie de la jugadora Sofía Huerta, para posar su mano izquierda en uno de los senos de la jugadora.
Como ya es tradición al final de algunos partidos, jugadores locales y visitantes aprovechan que la mayoría de los aficionados abandonan los estadios para tomarse fotos con ellos. Son precisamente los que aguardan en las gradas los que se distinguen por ser verdaderos seguidores de los equipos, muchos son familiares o amigos.
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