Por: Arturo Reyes Isidoro.- En medio del intenso calor que cubre todo el Estado, localizo ayer domingo al delegado federal de Bienestar, Manuel Huerta, en plena faena supervisando la vacunación a adultos mayores. Sobre eso necesito hacerle una consulta.
Me dice que viene en carretera de Álamo y va a visitar Gutiérrez Zamora, Nautla y Martínez de la Torre para continuar, el lunes, en Actopan y Minatitlán.
Califica de “impresionante” la jornada de vacunación que están llevando a cabo, me dice que para él es una experiencia inédita, que califica como una “fiesta a la vida, a la salud” y que lo ha llevado a muchas reflexiones. “Servir es un privilegio”.
Me comenta que después de toda la experiencia que ha tenido, recuerda que Fidel Castro decía que los héroes están a la vuelta de la esquina, esto por la sorpresa que se ha llevado con el trabajo de los jóvenes “servidores de la nación”, que lo están ayudando a cumplir la tarea que le encargó el presidente López Obrador, y de los que dice que está gratamente sorprendido.
Aprovecha para platicarme que están comenzando a aplicar en 33 municipios la primera dosis de la vacuna Pfizer y en 21 ya la segunda, pero, aparte, en prácticamente todas las zonas serranas e indígenas también iniciarán ya la aplicación de la vacuna CanSinoBio, que, a diferencia de la otra, con una sola dosis basta, además de que mientras que la primera requiere una temperatura de 80 grados bajo cero para conservarse, la segunda solo requiere una temperatura de entre 2 y 8 grados centígrados.
Advierto en Manuel que está convencido de lo que hace y creo que eso es importante para el éxito de cualquier tarea. Además, no obstante que es el representante del gobierno federal en el Estado, no adopta actitudes sectarias, cerradas, de incomunicación y se presta al diálogo que, sin duda alguna, siempre es enriquecedor. Ojalá y no cambie y no se le “suba” nunca.